David Seijas (Gallina de Piel Wines) y la familia Roqueta (Abadal) lanzan el primero de los dos vinos que forman parte del proyecto “Dolç de Foc”, una reinterpretación de una receta histórica de la familia Roqueta, que se ha ido transmitiendo de generación en generación y que tiene su origen en Mercè Torrentó, esposa de Joan Roqueta, que habitó la masía Roqueta a finales del siglo XIX.

Este noviembre se presenta el Dolç de Foc Flama, con sólo 258 botellas numeradas, y en junio del próximo año saldrá el Dulce de Fuego Chispas, “nuestra reinterpretación del vino hervido, que queremos que esté presente en todas las mesas catalanas cuando se hagan postres, en homenaje a la tradición popular catalana, a nuestra forma de celebrar las fiestas y de compartir las comidas”, dicen Ramon Roqueta y David Seijas.

La receta secreta que se transmite de generación en generación

El proyecto se inició en 2016, cuando David Seijas visitó la bodega Abadal de la mano de Ramon Roqueta. Durante la visita el sumiller descubrió la colección de vinos rancios de entre 40 y 70 años de edad que reposan en el sótano de la masía Roqueta, las hervidoras con las que se elaboraba el vino hervido y la receta única, aún hoy secreta, de Mercè Torrentó, que se ha ido transmitiendo de generación en generación desde el siglo XIX. Mercè Torrentó, gran admiradora de los vinos dulces, cada año se hacía elaborar para ella un vino hervido que custodiaba en un rincón de la casa, y que con el tiempo se convirtió en su elixir.

La reinterpretación dejando a las madres del vino rancio

David Seijas, la familia Roqueta y Miquel Palau (enólogo de Abadal), han reinterpretado la receta familiar aportándole más complejidad, a partir del envejecimiento del vino hervido en una barrica de vino rancio, durante un mínimo de 4 años, en un sistema de soleras. Seijas afirma que se busca “un vino persistente y con muchos matices, con un equilibrio entre dulzura y frescura. Nos atraía mucho el concepto de “cocinar” un vino y hemos fusionado los dos mundos, el del vino rancio y el del vino hervido, para equilibrar la dulzura con la frescura”.

El Dolç de Foc Flama es un vino de carácter único, con una crianza en una barrica de los años 30 en la que históricamente se guardaba vino rancio. Para iniciar este proyecto, se vació esta barrica dejando las madres del rancio y se añadió el primer vino hervido, que se impregnó así de todos los matices de estos rancios.

Las botellas de Dulce de Fuego Flama están encabezadas en un packaging exclusivo, diseñado por Acorn Studio.

 

Recuperar la tradición del vino hervido en el Bages en el marco del proyecto Manresa 2022 

Históricamente en el Bages el vino hervido era un vino típico para los días de fiesta, y también se había utilizado como bebida energética. Con motivo del proyecto Manresa 2022, que conmemora el 500 aniversario de la estancia de San Ignacio de Loyola en la ciudad, en 1522, David Seijas y la familia Roqueta presentan esta iniciativa de recuperación del vino hervido como uno de los productos de la gastronomía ignaciana y de tradición ancestral en la comarca.

Dolç de Foc Espurnes y Dolç de Foc Flama son una oda a la autenticidad de las tierras catalanas. “Somos una tierra de fuego, que lo celebra todo en torno al fuego, en la castañada, por San Juan, por la Patum, etc. Venimos del fuego, porque el fuego cambió nuestra historia y tenemos una fuerte tradición culinaria y gastronómica a su alrededor”, asegura David Seijas.